El
día 24, como estaba previsto, nos desplazamos a Albarracín, para iniciar una
excursión que nos iba a llevar también a Daroca. En Albarracín fuimos casi ex profeso a visitar la catedral,
porque en la ciudad ya habíamos estado en otra ocasión. Y la verdad es que
mereció la pena, por la belleza de la catedral cuya restauración han terminado
recientemente. Después de esta visita nos fuimos a comer al Asador de
Albarracín degustando un menú elegido previamente, que fue del agrado de los
comensales, tanto, por la calidad, como por la cantidad (hubo muchas personas
que repitieron).
A
continuación nos desplazamos a Daroca, donde nos esperaba la guía, impaciente
porque llegamos un poco tarde, ya que calculamos mal las distancias. Pero a
partir de ahí empezamos visitando los corporales, la iglesia de San Miguel y
varios monumentos románicos, terminando en la puerta de entrada a la ciudad o
Puerta Baja.
Sin
más llegamos a Zaragoza sin novedad y como siempre esperando la próxima excursión,
que ya será en el curso siguiente.