El
día 7-11-19 nos fuimos de excursión al monasterio budista de El Panillo situado
en un enclave privilegiado al otro lado
del embalse de Barasona, pasando por el congosto de Olvena con unos paisajes
que ya justifican el viaje. Al llegar, el entorno es bucólico, aunque ayer
fuese fantasmagórico por la niebla que había pero seguía siendo naturaleza pura
muy apropiada para el objetivo de los lamas.
A continuación, bajamos a Graus
para hacer una visita exprés pero cayo tal cantidad de agua que lo único que
visitamos fueron el bar y la carnicería al lado del autobús, así que una vez
que saciamos la sed y compramos la famosa longaniza de Graus, como seguía
lloviendo, montamos en el autobús y nos fuimos al restaurante para degustar el
menú que habíamos reservado, que por cierto estaba extraordinario.
A
continuación salimos hacia Huesca para
ver por primera vez San Pedro el Viejo que nos dejo alucinados y contentos, y
después de ver el cuadro de la Campana de Huesca, emprendimos el regreso a
Zaragoza, donde llegamos alrededor de las ocho muy contentos, pero agotados, y ahora a esperar la siguiente.
Por cierto la parte más interesante de la crónica la podéis ver en este blog, y
sobre todo no dejéis de leerla.